En esta tarde, Mierdas, me dirijo a vosotros para recordaros por qué estáis aquí, para qué estáis aquí, y sobre todo quienes sois... Os encontráis aquí porque hay algo que no encaja en vuestras vidas, porque falta algo aunque no sabéis el qué. Leéis estas líneas buscando el alimento que os libere del tedioso destino que una sociedad colectivizada, desarraigada y competitiva os ha ofrecido como única alternativa. Pero yo no os puedo liberar, no tengo la llave de vuestras cadenas, ni tan siquiera de las mías.
A pesar de ello no desesperéis, puesto que sí hay quien os hará libres: vosotros mismos. Sí, asquerosos productos derivados del Ser Humano, eso he dicho; vosotros mismos sois los únicos que podéis romper con todo aquello que os ata, siempre que estéis dispuestos a ello.
Destruid lo más caro que tengáis, devorad aquello que más deseéis, no perdáis ni un instante intentando comprender un porqué, dado que sigáis el camino que sigáis, algún día moriréis. No merece la pena seguir el son de lo mundano, y es que por mucha mierda que tengas, por mucho que te gastes, morirás solo y desnudo inevitablemente.
A la tumba se va en pelotas, excrementos, y en la maleta solo caben los remordimientos, las alegrías y las penas, así que ya sabéis, echadle cojones, que arreglar una cagada, un mal camino o toda una vida es más jodido que ahorrar para tener un iPhone, pero a la larga sabe mejor (además de evitar que viejunos codiciosos se lucren a raíz del trabajo de Taiwaneses sobreexplotados).
Vosotros veréis. De momento os dejo el vídeo de uno de los diálogos que más han cambiado mi vida, para que luego digáis que soy malo. Ke os jodan.
A pesar de ello no desesperéis, puesto que sí hay quien os hará libres: vosotros mismos. Sí, asquerosos productos derivados del Ser Humano, eso he dicho; vosotros mismos sois los únicos que podéis romper con todo aquello que os ata, siempre que estéis dispuestos a ello.
Destruid lo más caro que tengáis, devorad aquello que más deseéis, no perdáis ni un instante intentando comprender un porqué, dado que sigáis el camino que sigáis, algún día moriréis. No merece la pena seguir el son de lo mundano, y es que por mucha mierda que tengas, por mucho que te gastes, morirás solo y desnudo inevitablemente.
A la tumba se va en pelotas, excrementos, y en la maleta solo caben los remordimientos, las alegrías y las penas, así que ya sabéis, echadle cojones, que arreglar una cagada, un mal camino o toda una vida es más jodido que ahorrar para tener un iPhone, pero a la larga sabe mejor (además de evitar que viejunos codiciosos se lucren a raíz del trabajo de Taiwaneses sobreexplotados).
Vosotros veréis. De momento os dejo el vídeo de uno de los diálogos que más han cambiado mi vida, para que luego digáis que soy malo. Ke os jodan.